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Francisco José de Caldas: descubriendo el territorio.

El Semanario del Nuevo Reino de Granada es fundado por Francisco José de Caldas el 3 de enero de 1808, con el fin de publicar los estudios y monografías elaboradas por importantes intelectuales de la época en torno a diversos temas de este territorio.

En el siguiente ensayo haré un análisis de los artículos publicados por Caldas en el tomo número tres del Semanario, publicado en 1809, en estos consigna las observaciones y descripciones realizadas en sus viajes entre Quito y Popayán, sus apreciaciones con respecto al papel desempeñado en la Expedición Botánica y a la labor del Semanario con respecto al territorio estudiado.



Conociendo los rincones:

Caldas se dirige en el Epilogo de este volumen a quienes rechazan y critican las publicaciones del Semanario, argumentando la importancia de los aportes que numerosos intelectuales han realizado a la Patria, de la siguiente manera:

“Hemos insertado varios estados de comercio, de poblaciones, las descripciones de algunas plantas nuevas e importantes […]”

Con esto hace referencia a las múltiples descripciones de los territorios realizadas por intelectuales, además de los proyectos como la Escuela Patriótica y hospitales inaugurados en Popayán, de los cuales asegura son modelos “[…] deben imitar todos los pueblos civilizados”; desde este punto de vista, los artículos publicados en el Semanario son aportes para el conocimiento de la patria, para decirlo en términos de Caldas, no solo de sus estructuras políticas, sino también de la geografía física, de la producción económica y de la población, lo cual se hacía tan necesario en ese contexto para la creación de las nuevas repúblicas y es importante en la actualidad pues nos permite estudiar de manera más profunda la conformación del territorio que componía la Nueva Granada y las dinámicas que en ese entonces se desarrollaban, de acuerdo al modelo planteado por Marta Herrera Ángel en su documento sobre Las divisiones político- administrativas del virreinato de La Nueva Granada a finales del Periodo Colonial.

En este sentido los artículos publicados por Caldas son un gran aporte para su época y la nuestra, pues además de hacer referencia a la ubicación concreta de los lugares, encontramos en ellos elaboradas descripciones con respecto a los caminos de acceso, el clima, los alimentos que se pueden producir (incluyendo los que no), las características de sus pobladores (sus capacidades físicas para el trabajo), la forma de vida entre otros. La gran capacidad de observación de Caldas se evidencia en sus descripciones hechas de su viaje a Quito, en las que encontramos cada uno de los elementos mencionados pero no de manera general, pues el viajero hace tal descripción de cada uno de los sitios en los que se detiene durante su trayecto. Es importante resaltar a demás la comparación que hace entre un lugar y otro aportando datos interesantes en términos económicos con respecto a los posibles cultivos:

“El trigo, la cebada, la papa, hacen el fondo principal de su cultivo. La manzana ya no fructifica en esta elevación, y si lo hace es con mezquindad, y forzada. […] En Santa Fe, en todos los pueblos fríos y elevados de Popayán, se produce este fruto con vigor.”

Los pobladores:

Llama de manera especial mi atención la forma en la que Caldas describe a los pobladores de cada lugar, con especial simpatía redacta sus impresiones con respecto a costumbres (desde el significado de los silbidos hasta las festividades), formas de trabajo y aspecto físico:

“Cuando por casualidad, que es bien frecuente, se encuentran dos recuas, se hallan en el mayor embarazo para volver una de ellas y facilitar el tránsito. Tienen la costumbre de dar un silbo a la entrada para con el reclamo asegurarse de la no existencia de algunas en sentido contrario.”

Estas pequeñas dinámicas comunes entre los pobladores, tienen amplios significados y pueden darnos luces con respecto a la conformación de un territorio y a las relaciones de sus habitantes, pues como ya sabemos, el territorio es más que un espacio meramente físico conformado por caminos inaccesibles y climas tempestuosos; el territorio en nuestros estudios debe ser entendido como el espacio en el que se construyen relaciones con el pasar de tiempo y se encierran las visiones de mundo que las sociedades han construido históricamente, en palabras de Gloria Restrepo:

“el territorio […] es el espacio habitado por la memoria y la experiencia de los pueblos. Por eso aprender a leerlo y descifrarlo puede enseñar mucho sobre cómo resolver los problemas y los conflictos, las dudas y las incertidumbres que enfrentamos en el presente.”

Entendido así el territorio, se hace evidente la necesidad de estudiar a fondo a los pobladores del lugar que se pretende analizar; las formas de relacionarse entre sí y con los demás poblados, las costumbres (sus signos, festividades, cultos etc.), la concepción de trabajo, elementos que nos permiten conocer el territorio en su conjunto y entender, por ejemplo, porque en un espacio que se circunscribe bajo


un mismo ordenamiento político se desarrollan dinámicas completamente diferentes.

Quiero resaltar en este punto una de las descripciones elaboradas por Caldas en su viaje a Quito con respecto a las dinámicas de trabajo de algunos pobladores:

“Yo vi ya segando, y lo hacían cantando de un modo agradable. Uno llevaba la voz y cantaba sólo, al que respondían los demás en cadencia.”

Esta cita en particular me parece importante en tanto que nos ayuda entender la disposición de los pobladores del sur de Quito frente al trabajo, pues al parecer la relación entre los labradores y su labor era positiva y éstos la realizaban de manera animosa; en estudios mucho más profundos, este pequeño dato podría dar luces con respecto a la noción de trabajo en distintos poblados.

Los artículos de Caldas recogen rasgos particulares acerca de los pobladores de los ligares visitados, pero además son descripciones muy variadas, pues como describe en un párrafo la fuerza o disposición para el trabajo, describe más adelante la costumbre de beber.

Si tenemos en cuenta el contexto en el que Caldas realiza sus observaciones y el proceso de configuración de las nuevas repúblicas, sus estudios son esenciales en cuanto a la descripción de la población; si se trata de vincular al conjunto de la sociedad en un proyecto común, los elementos (aunque no detallados arrojados por Caldas) deben ser tenidos en cuenta para entender las necesidades existentes en todos los rincones del territorio.



El espacio:


En esta parte del ensayo quiero remitirme al documento elaborado por Marta Herrera Ángel, titulado Historia de la geografía, el tiempo y el espacio, en especial en lo que se refiere al problema espacio- tiempo, pues retomando la descripción del territorio como un proceso histórico, es necesario entender de qué manera este espacio se transforma de acuerdo a las necesidades particulares de cada época y cómo cada generación tiene su propia distribución temporal de la cual podemos deducir los valores sociales y las jerarquías existentes en dicha sociedad.

Teniendo en cuenta la recomendación hecha por la autora con respecto a la necesidad de estudiar la configuración de ese espacio particular dejando de lado nuestro presente, es decir ver el espacio en su contexto, considero acertado en este punto el trabajo realizado por Caldas, pues nos permite conocer la configuración y características de los lugares, gracias a las detalladas descripciones del paisaje, y así lograr ver las transformaciones que estos han tenido, siendo objetivos, ya que no partiríamos de supuestos sino de las descripciones de uno de los intelectuales más importantes de la época.

Un ejemplo para este punto son las descripciones de los caminos usados por los viajeros, que nos permiten ver la importancia de los lugares y por qué no las relaciones sociales que se construían en torno a dichos caminos (visitantes y hospedajes).



Conclusión:

Los estudios elaborados por Francisco José de Caldas son de incalculable valor para entender el territorio que hoy denominamos Colombia, no sólo en términos académicos sino políticos pues, como quedo citado anteriormente, conocer el territorio es importante para conocer su pasado pero además para comprender y dar solución a las problemáticas.


Con respecto a nuestra labor académica, estos estudios son un gran aporte para la historia regional y local, pues gracias a ellos podemos entender la necesidad de estudiar las dinámicas que se desarrollan en cada uno de los lugares que configuran el estudio regional.













BIBLIOGRAFIA

Francisco José de Caldas. Semanario del Nuevo Reino de Granada. Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. Editorial Kelly. Bogotá. 1942

Gloria Restrepo. Aproximación cultural al concepto de territorio. Revista Perspectiva Geográfica.

Marta Herrera Ángel. Las divisiones político- administrativas del Virreinato de la Nueva Granada a finales del Periodo Colonial. Editorial Historia Crítica. N° 22, Diciembre de 2001. Páginas 73- 104

Marta Herrera. Historia de la geografía, el tiempo y el espacio. Revista N° 27. Enero- junio de 2004. Pág. 169- 186


Comprensiones sobre región

Departamento de Historia

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales

Universidad del Cauca

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